
La Paz de Trianon tuvo un enorme impacto en los húngaros, les desilusionó tanto en Hungría, que se había reducido territorialmente, como en las zonas más allá de la frontera. Hungría no sólo perdió mayor parte de su población, sino también importantes depósitos de materias primas, tierras agrícolas, fábricas, líneas ferroviarias, instituciones, etc., es decir, estaba condenado al debilitamiento económico. La frontera alrededor de los húngaros, que se quedaron más allá, cambió sin su consulta. Terminaron en países con los que no tenían ningún vínculo, pasando de una mayoría a una minoría de la noche a la mañana.
En comparación con otros países, se podía decir que Checoslovaquia era un estado democrático, y esto se reflejaba en cierta manera también en la situación de los húngaros que vivían allí. Los húngaros de Eslovaquia (Checoslovaquia) podían fundar partidos políticos, desarrollar su cultura, utilizar su lengua materna y realizar sus estudios primarios y secundarios en húngaro. Sin embargo, el Estado Checoslovaco no hizo nada para que los húngaros se sintieran como en casa, se les consideraba poco fiables, no se beneficiaban suficientemente del reparto de tierras, se les restringía la celebración de sus fiestas nacionales, no podían asistir a las universidades húngaras, sólo muy pocos podían trabajar en los lugares de trabajo públicos, etc. Por tanto, no es extraño que los húngaros que vivían aquí, desearon volver a Hungría.
Después de la firma de la decisión de Trianon, los húngaros querían modificar el tratado de paz e intentar a recuperar territorios. Esto se fue realizando crecientemente antes y durante la Segunda Guerra Mundial. Pero los húngaros pagaron un alto precio por ello, porque sus esfuerzos revisionistas fueron apoyados por Adolf Hitler, por lo que Hungría se puso del lado de los alemanes, y después ya fue imposible escapar de esta "trampa".
En cuanto a los húngaros en Checoslovaquia, el 2 de noviembre de 1938, según la primera decisión de Viena, la parte sur de Checoslovaquia fue devuelta a Hungría, lo que fue bien recibido por la población húngara que vivía aquí. Aunque hay que añadir que a la mayoría de ellos les desilusionó lo que les esperaba en Hungría. Checoslovaquia dejó de existir durante la Segunda Guerra Mundial, el Estado Eslovaco "independiente" era una marioneta de Hitler y, aquí se quedaron también húngaros de Eslovaquia, que tenían que vivir bajo la dictadura fascista de Jozef Tiso.