
Según los decretos de Beneš, los húngaros fueron despojados de su ciudadanía, las escuelas húngaras fueron cerradas y 44.000 húngaros fueron deportados a la República Checa para reemplazar a los alemanes desplazados (3 millones de alemanes fueron llevados a Alemania). La deportación se llevó a cabo de una manera extremadamente inhumana, que casi recordó al Holocausto. Los desplazados tuvieron que abandonar repentinamente su tierra natal, sus casas, no podían llevar consigo lo mínimo, viajaron apiñados en vagones de ganado, en condiciones inhumanas, algunos de ellos ni siquiera sobrevivieron el viaje.
Al ver la situación, Hungría intentó aliviarla firmando un acuerdo de intercambio de población. Esto significó que Checoslovaquia y Hungría acordaron intercambiar a sus residentes húngaros y eslovacos, es decir, tantos eslovacos se mudan de Hungría a Checoslovaquia cuantos húngaros se mudan de Checoslovaquia a Hungría. El plan era así, la realidad resultó ser diferente, porque 90.000 húngaros fueron desplazados en Hungría, pero en su lugar sólo vinieron 70.000 residentes eslovacos. Además, en Hungría se ofrecía que cualquiera que quisiera podía trasladarse a Checoslovaquia voluntariamente, mientras que en Checoslovaquia obligaban a los húngaros a trasladarse a Hungría de forma arbitraria, violenta y contra su voluntad.
El siguiente plan del Estado checoslovaco era reducir el número de húngaros con el “cambio” de su nacionalidad. Esto lo llamaron reslovaquización, es decir, re-eslovaquización, pero sólo aquellos que alguna vez fueron eslovacos pueden volver a ser eslovacos. Explicaron esto diciendo que los húngaros „hungarizaron” a todos durante la Monarquía austrohúngara, por eso estas personas deben ser reeslovaquizadas. Esta solución también resultó exitosa, ya que quienes se declararon eslovacos recuperaron su ciudadanía y no fueron deportados, es decir, aprox. 300.000 húngaros afirmaron ser eslovacos, aunque no lo eran.
La devolución de la ciudadanía, el cese de los reasentamientos, la reapertura de las escuelas húngaras y la mejora de la situación de los húngaros tuvieron lugar en 1948 y están relacionados con la toma del poder comunista.